Primera gran obra de Virgilio, las Bucólicas (del griego bukolós, "vaquero") hacen ingresar a la poesía pastoril por la puerta grande. En su forma más reconocible, muy imitada en el Renacimiento, las églogas ("poemas breves") presentan a pastores que, mientras su ganado pasta, pasan el rato conversando y cantando, a veces en competencia. Virgilio se inspira en pasajes de grandes predecesores griegos y latinos, de Homero a Calímaco, de Plauto a Catulo, y los transforma a sus propios fines y estilo. El eterno tópico amoroso se conjuga con la breve narración mítica al modo alejandrino, y con la referencia, en algunos casos, a la situación histórica contemporánea de la composición. La traducción en verso, a página enfrentada con el texto original, viene seguida de amplias notas que tratan de diversos aspectos, incluyendo versiones castellanas de numerosos pasajes ajenos en que se inspiró el autor.