Ana le cuenta a su hijo fragmentos de una vida de pequeñas miserias con las que se han tejido las relaciones personales y familiares. Sus palabras se convierten, por tanto, en duro legado para una nueva generación que quiere levantarse sobre la inocencia. La buena letra renuncia a narrar los grandes acontecimientos históricos para poner su foco de atención en lo íntimo y cotidiano, en el conjunto de gestos y silencios que marcan las vidas de unos personajes heridos por la traición y la deslealtad; los deseos frustrados y la desesperanza de un sufrimiento inútil en la medida en que sólo sirve para alimentar la voracidad de otros.
Con este material, en el que tiene más peso lo que se intuye que lo que explícitamente se narra, La buena letra se convierte en deudora de la concepción balzaquiana según la cual la novela es la historia privada de las naciones y consigue descubrir los mecanismos que funcionan como silencioso motor de la historia, en cuyo devenir toda generación se levanta sobre las cenizas de otra y cada vez que el poder cambia de manos lo hace bajo el signo de la traición y de un sufrimiento que, siendo inútil, es también una forma descarnada de lucidez, de sabiduría. Chirbes maneja una voz que es emocionado espejo de la vida y, al mismo tiempo, construcción de un nuevo código desde el que leer el ayer convirtiéndolo en la desolación de hoy.
«La historia de la familia de Ana es la historia de España y las traiciones o fidelidades de cada miembro de la familia explicaría las de diferentes actitudes colectivas vividas por las gentes desde la posguerra hasta el día de hoy... Con esta nouvelle familiar, que considero una de sus mejores obras, Chirbes ha escrito una fábula de la Transición española» (José María Pozuelo Yvancos, Zenda).
«Una mirada atrás que, a pesar de su inocencia, no halla reconciliación. Un delicado trabajo de artesanía literaria» (F. J., El País).
«Novela dura, cualquier cosa menos “bella”, demuestra de nuevo que Rafael Chirbes es uno de los escritores más serios en nuestro país en tiempos recientes» (Javier Alfaya, El Mundo).
«Chirbes profundiza en la dimensión filosófica de la literatura, vuelve a poner en danza el trinomio de la literatura mundial –el amor, el sufrimiento y la muerte–. Ha escrito una obra maestra» (T. Paprotny, Hamburger Abendblatt).
«La contención es una sabia receta. Y en esta contención radica en buena parte el secreto y la excelencia de La buena letra» (Ana Rodríguez Fischer, Avui).
«La impresión más sólida que produce la lectura de La buena letra es su convincente necesidad» (Francisco Solano).
«La buena letra supone, sin lugar a duda, una de las cumbres de la narrativa hispánica contemporánea, no sólo por su fascinante capacidad de síntesis, sino también por su elegancia y rigurosidad formal» (David Broc, Go Mag).
«Rafael Chirbes es uno de los mejores escritores españoles, uno de los grandes autores europeos de nuestro tiempo» (Florence Noiville, Le Monde).