"Óscar Málaga nos pone el mundo a los ojos, nos entrega sobresaltado su preocupación apocalíptica de la poesía. Su poesía es apocalíptica porque él vive contemplando el abismo, porque sabe que más allá del siguiente paso está el abismo, porque para los poetas más allá de cualquier paso solo está el abismo. Estoy seguro que Óscar Málaga necesitó romper con occidente y acudió a la sabiduría ancestral de los orientales para desde esa calma atreverse a escribir este libro, estos salmos que si bien podemos escuchar como quien oye atento el blues de una rockola, tienen ese aliento épico de los grandes libros que solo pudieron escribirse en época siniestras. Leo a Óscar Málaga y solo leyéndolo puedo interpretar el espíritu de una generación que fue el inicio de las propuestas de ruptura que empezaron a consolidarse en los setenta. Aquí no hay conservadurismos, aquí hay un hombre que canta con su voz bronca, aquí hay un poeta que se afirma con las oscuridad de quienes no les importa el rigor estético porque su disciplina radica en otro ritmo que nada exige porque el suyo viene con la estrepitosa carcajada de un mundo que empezó a destruirse en nuestras narices".
Harold Alva