Los padres de Cristina Esquivel, una geriatra a la que han encontrado estrangulada en su piso de Madrid, contratan al detective Arturo Zarco para que encuentre al asesino. En verdad, lo que desean y esperan, es que inculpe a Yalal, el albañil marroquí con el que estaba casada la muerta y que ahora tiene la custodia de la hija de ambos.